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Clint Eastwood en estado puro, su cine en la etapa madura del actor/director es, del establishment hollywoodiense, de lo imprecindible en cualquier cineteca que se precie a considerarse de calidad. Un titulo moderno con sabor a clásico y a cine de siempre. El largometraje recibió cuatro galardones en los Óscar, como mejor película, mejor director (Clint Eastwood), mejor actriz principal (Hilary Swank) y mejor actor secundario (Morgan Freeman).
Frankie Dunn (Clint Eastwood) ha entrenado y dirigido durante toda una vida pasada en el ring, a algunos luchadores muy importantes, la lección más importante que enseña a sus boxeadores es la filosofía que ha mantenido durante toda su vida: POR ENCIMA DE TODO, SIEMPRE DEBES PROTEGERTE.
A consecuencia del distanciamiento que tiene con su hija, Frankie no se relaciona con nadie durante mucho tiempo, el único amigo que tiene es Scrap (Morgan Freeman); un ex-boxeador que lleva el gimnasio de Frankie, el único que sabe que detrás del brusco carácter exterior de su amigo existe un hombre que no ha dejado de ir a misa durante 23 años buscando el perdón que no puede encontrar. Un día Maggie Fitzgerald (Hilary Swank) entra en el gimnasio, y aunque no ha tenido mucho en la vida sabe lo que quiere y está dispuesta a conseguirlo.
En una vida de lucha constante, Maggie, con su meta inamovible y su tremenda fuerza de voluntad, ha conseguido llegar hasta donde ha llegado con su talento en bruto. Más que otra cosa, lo que ella desea, es encontrar a alguien que crea en ella.
